lunes, 28 de marzo de 2005

Noveno D, de Disfrutar.-

Acaso ustedes no representan su mente con un objeto o color? o algo?, yo sí, con ambas cosas. De más está decir que debido a mi estabilidad tal objeto o color varía con demasiada frecuencia. Estos últimos días o semanas me costó demasiado poder definirlo. Finalmente pude darme cuenta que era una mezcla de muchos colores y cosas que formaban un todo que no podía comprender. Paso siguiente: desarmar el sistema. Al menos de esa forma sabría qué piezas había y en una de esas quien me dice, entendería un poco.
Ahora bien, para qué mierda me preocupo yo por representar mi mente si yo soy feliz haciendo boludeces? si camino por Santa Fe, miro un perro y quedo fascinadamente estúpida; imito a la gaviota que espantaba a los pingüinos en el zoológico; le hice un gol al nene que jugaba en la calle camino a la facultad; intento abrir lo más posible mi boca para ver si llego a ser como el hipopótamo de Animal Planet; burbuuuuuujas; babagloooobos; cosquillas con hermana hasta panza doler, y así sigue la lista.
Siento alivio al avivarme de vez en cuando de disfrutar la idiotez cotideana, de olvidarme de los objetos y los colores, y de armar rubiks que no existen, porque de repente Zaz! la adultez te agarró desprevenido y te usurpó personalidad, y ahí sí que no se si hay remedio ... tal vez lo haya pero el riesgo es demasiado. Yo por las dudas voy a seguir riendome de mis idioteces felices.

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