jueves, 6 de octubre de 2005

Por el pasillo

Me despierto al mediodía, sin desperador reloj ni despertador martillo del vecino, doy gracias a Dios. Me acuerdo que tengo que mandarle una carta a madre "Bien, desayuno tranquila, no es tan tarde, mando la carta y vuelvo". Dicho y hecho. Salía del ascensor y mientras caminaba por el pasillo me daba cuenta que estaba ansiosa por volver a casa (raro término para un dpto. de estudiante en Buenos Aires, pero ya que estamos agradezco a quien me acostombró a usarlo, aunque no creo que lo lea). "¿Por qué estoy tan emocionada o expectante? no va a pasar nada, ni nadie. Nadie viene, nadie llama, nadie escribe. Sólo voy a sentarme, leer un rato, fumar un cigarrillo tranquila mirando la pared, seguir leyendo otro rato, tomar ún par de tazas de té, tal vez alguna de café y comer la Tita que tengo en la mano. Me voy a cambiar con tiempo y sin apuro voy a ir a cursar. Marcos me dijo que iba a llamar para confirmar si mañana cenamos juntos, pero un viernes después de cursar me da igual sus pastas con champagne a un caldo light en pijama, o tal vez prefiera lo último. ¿Tiro las expectativas de "no sé qué" al tacho? ¿qué hago? ¿me deprimo por la rutina y la inercia de la vida? No no no, si estoy sintiendo algo bonito, parecido a la felicidad, que tal vez tenga que ver con la tranquilidad y con el saber que por no esperar nada de nadie no voy a resultar decepcionada, ¿por qué voy a poner humor de autómata que deja que la vida pase por la vereda de en frente? en definitiva yo elijo que la vida pase por esta vereda que hoy camino tranquila sin la certeza de que algo determinado pase, pero si pasa pasa, y si es bueno mejor y si es malo no lo será tanto como para quebrarme. No voy a borrar la sonrisa, ni la emoción, ni las expectativas de "no sé qué", porque al fin y al cabo yo elijo esto, con sus pro y sus muchos contras, pero siempre hay una bolsa que baila con el viento, un perro que se pasea solo con su correa en la boca, un nene aprendiendo a caminar, un palomo que persigue a una paloma y tal vez alguien que lleve una sonrisa sin causa en sus labios y con suerte en el medio de la indiferente Buenos Aires, nos encontramos."

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