jueves, 26 de octubre de 2006

Anto no duerme

Despierta porque quiero decirle algo a alguien y tal vez no sea que no me salga, sino que a ese alguien no le salga escuchar. Y por esas cosas que tiene uno de usar este medio para escaparle a ciertas cosas me siento frente al teclado y me siento tentada. Pero no hace falta pensarlo dos veces, cada cosa en su lugar y cada palabra a cada quien. Por eso señor lector le cuento que no hay hojas secas en la vereda pero tampoco hay calor que agobie, que no estoy en Monte Hermoso comiendo sandía, pero esta noche me llamaron mis abuelos y en un par de horas estaré escuchando por decimoquinta vez el relato de cómo se conocieron, mi abuela entusiasmada y yo haciendo preguntas cuyas respuestas sé de memoria, y así todos felices.

No hay comentarios.: