jueves, 5 de octubre de 2006

Quereme piantao!

A quién no lo han tildado de raro, extraterrestre, perro verde, loco y demás cuestiones?, sobretodo viniendo de parte del sexo opuesto. No sé ustedes pero al menos a mi sí me pasa, y lo llamativo es que nunca me comporto de la misma forma con las diferentes personas. También debo reconocer que juzgar de bicho raro a mi pareja de turno ya es una constante.
Ahora bien, he aquí el intento de explicar mi prematura teoría.
Las personas de individuos no tenemos nada. Nadie es un uno en todo momento y lugar. Somos millones de personas encerradas en un mismo cuerpo. Dependiendo de muchísimas variables (espacio, tiempo, clima, pie con el que uno se levantó, persona con la que interactúa, etcétera, etcétera.) una de esas personas sale a la luz. Y así pasa con todos. Ahora bien, esto de que aflore X persona en nuestro cuerpo no es tan lógico y racional como una ecuación matemática. Es por esto que por más que nos topemos con otro sujeto, el cual consideramos en algún o algunos puntos parecidos a una o más de nuestras personalidades, cuando tengamos contacto con el otro ser, aunque las variables sean iguales (o no tan iguales, pero acercándose al 100% de similitud) en ambos casos, las probabilidades de que en los dos sujetos se haga presente la misma persona, es muy remota. Es decir, aunque tengamos similares historias, bagajes de experiencias y demás, vamos a crear un diferente efecto ante una misma causa.
Una vez ya el efecto, no nos dedicamos a ver qué persona somos, sino a explorar qué persona es la otra. Oh Sorprais! no es lo que uno esperaba o al menos nada de lo que hace o no hace parece tener cierta lógica, al menos para el paradigma de nuestra nueva persona. Y es ahí donde nos cuesta aceptar o entender al sujeto que tenemos en frente. Nuestras reacciones nos parecen las más "normales", pero el otro es un bicho raro. Nos encerramos en nuestra persona de turno, creyendo que ese es el único paradigma.
Por suerte no necesarmente buscamos una pareja en el espejo, y en una de esas (si los planetas se encuentra alineados y el azar está de nuestro lado) antes de rompernos el corazón, nos rompen la cabeza.-

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