miércoles, 15 de noviembre de 2006

¿Jugamos?

Desnuda, cuando despierten las piedras opresoras que duermen en mi garganta, me vas a conocer.
Mi alma vomitará mis verdades ocultas. Entre espanto y locura me vas a re-conocer.
Petrificada y temblorosa. No he de partir. Elegir el lugar de las heridas. Aunque un enjambre en mi cabeza inevitablemente precipite hasta llegar a un doloroso vacío. Despojarme de inocencia, de la poca que quedaba. Ilusoria cura de heridas, provocando nuevas en sitios vírgenes y desconocidos.
Llorar las espinas. Verte partir hacia el horizonte. Una inalcanzable tabla rasa bajo el brazo. La obra había terminado.
Transformaciones en un lapso de pureza. Reaccionaria ante el frío. Inidentificable. Nuevas figuras descansan en el espejo. Reconocer la metamorfosis entre negación e intento de olvido. El cuento de la supervivencia duerme nuevamente a las piedras. Todo fue un sueño, un sueño vivido.
Una brisa del pasado irrumpirá en la solitaria noche. Un fantasma condenado a lo que nunca pudo ser olvido. No movilices las piedras, la inocencia ha dado lugar a demasiado vacío.

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