Las ganas de sacudir la manta por la ventana, que quede limpia.
Soplan vientos de cambios y sabés que no hay razón para luchar contra molinos imaginarios. Resta construir molinos verdaderos y sacarles provecho.
Se van cayendo las vendas y ves a tu alrededor. Sin darte cuenta buscaste con la vista la puerta de salida de esa habitación a la que sos adicta.
Forzar el cuerpo no sirve de nada, vas a caminar cuando menos lo esperes. Entre una suerte de alivio y sorpresa vas a estar afuera sin arrepentimientos ni dolor.-
martes, 15 de febrero de 2005
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