jueves, 30 de junio de 2005

Cuaderno Nuevo

Viajar siempre me puso nerviosa, más precisamente viajar a Bahía Blanca. Más nerviosa me pone viajar cuando voy por las vacaciones. Este viaje triplica nervios, me voy a Bahía de vacaciones y cuando vuelva a este departamento va a ser para meter todo en cajas y mudarme. Antes de irme a Retiro verifico que todo esté en su lugar y pulcro. Esta vez casi no duermo para que todo esté inmaculado. Ahora bien, ¿por qué si vivo no en un quilombo, pero sí en un lugar donde se deja cierto margen para la pelusa y el desorden, antes de irme todo debe aparentar perfección?
En el fondo sé que las paredes encierran fracaso porque el departamento no se convirtió en hogar, porque dejé las paredes blancas y porque nunca llegué a sentir calidez. Pueyrredón 924, un lugar de paso, por dos años. El viejo argumento de vivir sola ya se tiró al tacho hace tiempo, está bien mentirse un poco pero no exageremos, o al menos ahora ni yo me creo (tanto).
En fin, me voy de uno y voy a otro. Es decir, si no fue acá será allá. Habrá un lugar y tiempo para lograr lo que acá en estos dos años no pude. Siempre que empezaste a escribir en un cuadernito, lo terminaste y al final viste que no te gustaba nada de lo escrito, lo tirabas e ibas a comprar otro nuevo, lleno de hojas blancas para poder empezar de cero y escribir cosas lindas, bien redactadas y con buena caligrafía. ¿Siempre vas a poder ir al kiosco a comprar un cuaderno nuevo? el creer esto hace que cuando vas por la mitad y sabés que no estás haciendo las cosas bien ya no te importe nada, te desmotives, total ... pronto termina y empezás de cero otra vez.
Pero ... ¿y si el jefe desde arriba te dice Game Over y te manda a llamar? ¿y si justo estás en el medio de un cuaderno mal escrito con porquerías? ¿y si te das vuelta y ves que sólo estuviste en lugares de paso con paredes blancas?
Parece que no es cuestión de esperar a que el cuaderno se termine para empezar a hacer las cosas bien. y si tiene un par, algunas o muchas hojas mal escritas ... qué? ¿acaso creían en la perfección? ¡Ilusos!

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