viernes, 16 de junio de 2006

a lo dicho hecho

El despertador sonó a las 8 am. M. se tenía que levantar e ir a rendir. Como era sabido nos ibamos a quedar en la cama deseando poder dormir un rato más. 8.30 empiezo a insistir con que esta vez no podía llegar tarde. Ofrezco un desayuno, sabiendo que lo iba a rechazar. "no, vos dormí".
A las 9 me quedé sola. El departamento estaba desordenado y sucio. Tenía que estudiar, sacar fotocopias, etc. Sentarme a mirar un partido de fúlbol era una pérdida de tiempo. La llamo a Ana. "che, me baño y voy para allá, pero llevo para leer", "bueno dale, pero antes de las diez". La cama me llamó y no le pude hacer caso omiso. La semana que transcurrió no tuvo más de 4 horas de sueño por noche, jueves con vómitos, noche con fiebre. No me podía sentir culpable de querer continuar con la actividad onírica.
Su olor estaba en la almohada. De alguna manera él todavía estaba ahí.
Escuché varios gritos, no sé si 6. Me levanté a las 16.30.

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