martes, 5 de junio de 2007

El 132 volvía de la terminal de Retiro lleno. Se subió una vieja paqueta con cara de orto, "Dale, dame el asiento, salí" obligó a un nene de unos 10 años. Muchos mirábamos sin siquiera pensar en mover el culo. El pibe la miraba confundido sin saber bien qué hacer, la vieja insistió amablemente con su orden de rajarlo y sentarse ella. "Dejame el lugar, dale, salí". Los padres no estaban al tanto de la situación, varios pasajeros sí. Finalmente al chico no le quedó otra que cederle el asiento a la vieja. Acto seguido 6 personas se levantaron para que el pibe se sentara.
Me gusta pensar que el destino me invitó a ver ese espectáculo para olvidarme aunque sea durante unos minutos de que las despedidas me ponen triste.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

que vieja hija de remil puta. Hay que ser sorete para hacer eso. En fin

Mr Montoto dijo...

Las despedidas ponen triste a cualquiera.
(Las viejas paquetas son las más mersas, sí señor)

Anónimo dijo...

¡Qué vieja del orrrto! Yo justamente a esas viejas no les doy el asiento y si insisten, les recuerdo en voz alta lo que es la educación.

La Garrapata Vegetariana dijo...

Mi abuela decía: "si la señora esta maquillada, no le des el asiento. Si tuvieron tiempo para estar paradas frente al espejo, pueden estar paradas en el colectivo"

AnTo.- dijo...

1- si la vieja es paqueta, que se tome taxi, carajo!
2- no me llamó tanto la atención la actitud de la "señora mayor", sino que me cayó increiblemente bien que le dieran el asiento al pibe, con ciertas ganas de refregárselo a la sra.

aaaaaa dijo...

buen relato de lo cotidiano.
no viajo en colectivo ni abro un diccionario, si vale la asociacion.
saludos varios.
h.

aaaaaa dijo...

por cierto, me olvidaba, me gusto mucho las invasiones barbaras!
h.